Nadie podía contener las lágrimas. Cuando la Leo María José Gutiérrez Araujo (Majo) terminó su discurso durante la plenaria de clausura en el Foro FOLAC en La Paz, Bolivia, todos los presentes se vieron enormemente conmovidos por su dedicación para servir a los niños que sufren de cáncer. Inspirar a la gente no es fácil, pero la presidente fundadora del club, una jovencita de 17 años del Club Leo en Guanajuato, México demostró que se puede llegar al corazón de muchos a cualquier edad.
Nosotros, que podemos ayudar, debemos hacer nuestra parte por aquellos que lo necesitan.
La historia de Majo comenzó hace tres años cuando le diagnosticaron lupus eritematoso sistémico, una enfermedad autoinmune. Después de recibir el diagnóstico aterrador, ella y sus padres iban al hospital con frecuencia, a que le hicieran pruebas de rutina, con la esperanza de descartar un cáncer. Durante sus estadías en el hospital, la ubicaron en la unidad infantil, en donde pudo convivir con los jóvenes pacientes que luchaban contra el cáncer. Fue allí y entonces donde vio cuánto sufrían.
Los médicos de Majo finalmente la dejaron salir del hospital después de haber descartado que padecía cáncer. No obstante, su experiencia la inspiró a la acción para hacer que el dolor que padecían los pacientes jóvenes fuera, al menos, más soportable. Así pues, empezó considerando la idea de servir contra el cáncer infantil. La campaña la iniciaron con el Club de Leones Guanajuato AC, conjuntamente con su club Leo y el apoyo de los clubes y reinas del distrito B-5.
La campaña de su club se llama: «Es muy simple... lo que es tan simple para unos es la vida para otros». El objetivo de la campaña es mostrar cómo cualquier simple y pequeño acto de servicio y amabilidad puede significar mucho para los niños afectados por el cáncer.
Durante estos tiempos difíciles, durante la pandemia de coronavirus (COVID-19), es razonable pensar que Majo y su club hubieran puesto una pausa en el servicio, sin embargo, Majo encontró formas para que sus compañeros Leo puedan continuar sus esfuerzos, por ejemplo:
- Recolectando trenzas de cabello para hacer pelucas oncológicas para ayudar a las niñas con cáncer que pierden el cabello debido a los tratamientos de quimioterapia.
- Recolectando tapones de rosca de plástico que se llevan al Hospital Regional de Alta Especialidad y/o a varias fundaciones para que puedan cambiarse en una compañía de refrescos por materiales curativos para ayudar a los pacientes.
- Ayudando a transportar a los pacientes a sus tratamientos de quimioterapia.
- Proporcionando trajes de baño para los niños que reciben hidroterapias.
- Recaudando fondos para familias que no tienen los recursos para pagar los costos del funeral, de ser necesario...
El cáncer infantil es una de las actividades de servicio de las que menos se presentan informes por parte de los clubes en todas las áreas estatutarias. Muchos Leones quieren servir a esta causa global, pero no saben por dónde comenzar.
Así pues, Majo tiene un mensaje para inspirar a los Leones. «Algunos de nosotros tenemos los recursos y el acceso a atención médica de primera clase, algo que muchos pacientes con cáncer infantil no tienen», dice ella. «Ni siquiera tienen los servicios médicos básicos, ni la atención, ni la comida. Nosotros, que podemos ayudar, debemos hacer nuestra parte para aquellos quienes lo necesitan. No tener lo que necesitamos para nuestra salud crea frustración, ansiedad y preocupación, ya que a menudo no sabemos cómo abordar la situación. Los Leones pueden ayudar a resolver este problema dando un poco a los pacientes que nos necesitan».
Si a su club le gustaría servir para las necesidades del cáncer infantil, eche un vistazo a la lista de ideas de proyectos del servicio de cáncer infantil. Su bondad para con estos niños significará el mundo para ellos.
Grisell Barraza es una de las especialistas de campo del Equipo de Acción Global para América Latina y Europa.
